¡HASTA EL JUEVES DE QUE NO SE NOS TENGA EN CUENTA!

   Quiero hablar sobre algo que ha ocurrido recientemente en la Facultad de Formación del Profesorado y que tiene a la mayoría de los alumnos bastante descontentos.
   La semana pasada nos enteramos por algunos medios de que el horario de nuestra facultad iba a ser ampliado hasta el viernes en lugar del jueves, día que la mayoría utilizamos para realizar nuestras tareas (pero claro esto no importa), en esta misma semana se llevó acabo la reunión de la que dependía el cambio de horario y todos los alumnos decidimos manifestarnos en la puerta de la sala en la que se realizaba el acto. Cuando comenzó la reunión nos permitieron estar en la puerta y tener la misma abierta para poder escuchar los temas que debatían pero al final acabamos gran parte del alumnado dentro de la sala.
   Todo el mundo podía dar su opinión, pero si al decano no le gustaba o no estaba de acuerdo con ella, invitaba descaradamente a abandonar el salón.
   Tras hablar bastante rato sobre el tema el señor decano llegó a insinuar que le daba igual lo que saliera, que iba a ser lo que él quisiera, lo que a mi personalmente me parece bastante egoísta, pero aún así se procedió a votar, aunque el voto de 2000 alumnos solo cuenta como uno, si la matrícula de 2000 se pagara entre todos, otro gallo cantaría, señor decano...y finalmente los votos fueron a favor de las clases los viernes, y no solo hemos conseguido tener menos horas cada día, sino que (hablando desde mi situación) tendremos dos horas como mucho cada día, en vez de tener tres como teníamos antes, ¡menudo palizón!
   Pero esto no es todo, al acabar la reunión todos estábamos descontentos y algún personaje se puso a bailar al ritmo de nuestras quejas, lo que provocó otra disputa, pero no fue lo peor, esto vino después cuando el decano, el cual nos ha transmitido por un correo que somos unos maleducados, salió con aires de famoso con dos dedos levantados en plan símbolo de la paz para reírse de nosotros, o al menos así lo entendí yo. Así que perdonen por la conclusión, pero si alguien necesita educación, no somos nosotros.